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Abril de 2014.
La
caja negra revolucionó la industria aeronáutica.
Según
las normas de aviación internacionales, actualmente estos
sofisticados equipos electrónicos son obligatorios en todos los
vuelos comerciales, ya que graban todos los datos del viaje y, a su
vez, son “claves” en las investigaciones ante un posible
accidente que le ocurriera al avión.
Gracias
a ellos nueve de cada diez accidentes se pueden explicar, por tales
motivos siempre se busca con tanto empeño la CAJA NEGRA de cualquier
avión siniestrado, esto explica el porque de buscar la caja negra
del vuelo MH370 de Malaysia Airlines desaparecido hace meses.
En
realidad no tiene un único inventor, pero el primer prototipo de
caja
negra
data del año 1939 y fue diseñado por el ingeniero francés François
Hussenot.
Se
trataba de una rudimentaria caja hecha con film fotográfico
calibrada con espejos. Los censores a bordo lanzaban flashes en el
film fotográfico y así se registraba el historial del vuelo.
Al
igual que ocurre con tantos avances tecnológicos, la guerra
perfeccionó la tecnología, extendiéndose a los vuelos comerciales
en todo el mundo. Después de la guerra, algunos dispositivos usaban
fotografía y otros imprimían los datos en bobinas de aluminio, pero
ninguno grababa audio aún.
El
australiano David Warren, químico e ingeniero de aviación, fue
quizás la primer persona que en 1953 ayudara a descubrir la causa de
una serie de accidentes aéreos; los expertos intentaban entender por
qué varios aviones Comet se habían estrellado sin ninguna
explicación, lo que ponía en duda el futuro de los vuelos
comerciales. David Warren pensaba “…Si pudiéramos recuperar esos
últimos segundos”…, dijo en una entrevista en 1985 citada por
The New York Times, “se ahorrarían muchas discusiones e
incertidumbre”.
Un
año más tarde, Warren propuso instalar un dispositivo de grabación
en la cabina del piloto y para 1958 había producido el prototipo de
la “Unidad de Memoria de Vuelo”.
Fue
esa la primera versión de estos dispositivos, era ligeramente más
grande que la mano de un adulto, pero capaz de grabar unas cuatro
horas de conversación de cabina y de lecturas de los mandos. La
versión de Warren grababa el sonido en una bobina de acero
magnetizado.
Para
sorpresa de Warren, el dispositivo fue en un principio rechazado por
las autoridades de aviación, que le encontraron “poca utilidad
directa e inmediata para las aeronaves civiles”, mientras que los
pilotos dijeron que era como un “Gran Hermano” que espiaría su
trabajo.
Cuando
Warren llevó el invento a Reino Unido fue recibido con entusiasmo y
luego de un reportaje de la BBC sobre este dispositivo, los
fabricantes comenzaron a interesarse por el proyecto.
A
mediados de la década de 1960, los registradores de vuelo – de
datos y de voz – eran obligatorios para los aviones comerciales.
La
caja negra en realidad son dos dispositivos: la grabadora de datos de
vuelo del avión y del registrador de voz en cabina; ambos
dispositivos van montados en la cola del avión, como curiosidad, No
tienen por qué ser cajas, ya que de acuerdo con las regulaciones de
la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, el
dispositivo puede tener una variedad de formas – incluyendo
esferas, cilindros y cúpulas – lo que y como único requisito es
que no sea demasiado pequeño de encontrar entre los escombros del
avión, ante un accidente.
Se
las denomina CAJA NEGRA, pero en realidad tienen que ser de color
naranja para facilitar su visibilidad. Debe tener una etiqueta con
las letras de al menos 2,5 cm de alto y una inscripción que diga:
“REGISTRADOR DE VUELO – NO ABRIR”. (Generalmente en idioma
inglés)
Se
especula que la denominación “caja negra”, es que el dispositivo
funcionaba como una cámara y por eso su interior tenía que estar en
la oscuridad total.
Como
dato relevante queda por mencionar que son fabricadas con materiales
muy resistentes, como el titanio, y aislados para resistir un impacto
de choque muchas veces superior a la fuerza de gravedad ,
temperaturas de más de 1000 º C durante un máximo de 30 minutos y
la inmensa presión del fondo del mar.
Una
de las pruebas a las que las someten los fabricantes consiste en
dispararlas con un cañón contra una pared para simular el
aterrizaje catastrófico de un avión que vuela a cientos de
kilómetros por hora.
El
material que se graba está protegido contra un borrado accidental y
los efectos corrosivos del agua de mar…
Fuente:
http://noticias.terra.cl/tecnologia
Luisem.-