miércoles, 13 de agosto de 2014

¿Cómo se desarrolló el invento de la CAJA NEGRA?

14 Abril de 2014.
La caja negra revolucionó la industria aeronáutica.
Según las normas de aviación internacionales, actualmente estos sofisticados equipos electrónicos son obligatorios en todos los vuelos comerciales, ya que graban todos los datos del viaje y, a su vez, son “claves” en las investigaciones ante un posible accidente que le ocurriera al avión.
Gracias a ellos nueve de cada diez accidentes se pueden explicar, por tales motivos siempre se busca con tanto empeño la CAJA NEGRA de cualquier avión siniestrado, esto explica el porque de buscar la caja negra del vuelo MH370 de Malaysia Airlines desaparecido hace meses.
En realidad no tiene un único inventor, pero el primer prototipo de caja negra data del año 1939 y fue diseñado por el ingeniero francés François Hussenot.
Se trataba de una rudimentaria caja hecha con film fotográfico calibrada con espejos. Los censores a bordo lanzaban flashes en el film fotográfico y así se registraba el historial del vuelo.
Al igual que ocurre con tantos avances tecnológicos, la guerra perfeccionó la tecnología, extendiéndose a los vuelos comerciales en todo el mundo. Después de la guerra, algunos dispositivos usaban fotografía y otros imprimían los datos en bobinas de aluminio, pero ninguno grababa audio aún.
El australiano David Warren, químico e ingeniero de aviación, fue quizás la primer persona que en 1953 ayudara a descubrir la causa de una serie de accidentes aéreos; los expertos intentaban entender por qué varios aviones Comet se habían estrellado sin ninguna explicación, lo que ponía en duda el futuro de los vuelos comerciales. David Warren pensaba “…Si pudiéramos recuperar esos últimos segundos”…, dijo en una entrevista en 1985 citada por The New York Times, “se ahorrarían muchas discusiones e incertidumbre”.
Un año más tarde, Warren propuso instalar un dispositivo de grabación en la cabina del piloto y para 1958 había producido el prototipo de la “Unidad de Memoria de Vuelo”.
Fue esa la primera versión de estos dispositivos, era ligeramente más grande que la mano de un adulto, pero capaz de grabar unas cuatro horas de conversación de cabina y de lecturas de los mandos. La versión de Warren grababa el sonido en una bobina de acero magnetizado.
Para sorpresa de Warren, el dispositivo fue en un principio rechazado por las autoridades de aviación, que le encontraron “poca utilidad directa e inmediata para las aeronaves civiles”, mientras que los pilotos dijeron que era como un “Gran Hermano” que espiaría su trabajo.
Cuando Warren llevó el invento a Reino Unido fue recibido con entusiasmo y luego de un reportaje de la BBC sobre este dispositivo, los fabricantes comenzaron a interesarse por el proyecto.
A mediados de la década de 1960, los registradores de vuelo – de datos y de voz – eran obligatorios para los aviones comerciales.
La caja negra en realidad son dos dispositivos: la grabadora de datos de vuelo del avión y del registrador de voz en cabina; ambos dispositivos van montados en la cola del avión, como curiosidad, No tienen por qué ser cajas, ya que de acuerdo con las regulaciones de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, el dispositivo puede tener una variedad de formas – incluyendo esferas, cilindros y cúpulas – lo que y como único requisito es que no sea demasiado pequeño de encontrar entre los escombros del avión, ante un accidente.
Se las denomina CAJA NEGRA, pero en realidad tienen que ser de color naranja para facilitar su visibilidad. Debe tener una etiqueta con las letras de al menos 2,5 cm de alto y una inscripción que diga: “REGISTRADOR DE VUELO – NO ABRIR”. (Generalmente en idioma inglés)
Se especula que la denominación “caja negra”, es que el dispositivo funcionaba como una cámara y por eso su interior tenía que estar en la oscuridad total.
Como dato relevante queda por mencionar que son fabricadas con materiales muy resistentes, como el titanio, y aislados para resistir un impacto de choque muchas veces superior a la fuerza de gravedad , temperaturas de más de 1000 º C durante un máximo de 30 minutos y la inmensa presión del fondo del mar.
Una de las pruebas a las que las someten los fabricantes consiste en dispararlas con un cañón contra una pared para simular el aterrizaje catastrófico de un avión que vuela a cientos de kilómetros por hora.
El material que se graba está protegido contra un borrado accidental y los efectos corrosivos del agua de mar…
Fuente: http://noticias.terra.cl/tecnologia

 Luisem.-

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